Me sirven otros oídos


Desde luego que ahora, yo, sentada aquí, no me queda más que creer en mis palabras. Y con ellas alcanzar otros oídos.

No son oídos tercos estos que yo tengo. No. Pero me sirven otros. Conseguir un momento de atención hacia otras cosas a las acostumbradas. Otras cosas que me son ahora decisivas y mas urgentes que la mera necesidad de estar bien –aquella de haber comido algo, dormido un poco, salido un rato a tomar aire fresco. Darle un lugar a un tanto de palabras, así nomás, como para ver si se puede entender mejor lo que a uno le pasa.

Quién sabe cuantas veces me pregunto ¿por dónde empiezo?. Esa dificultad de empezar historias nuevas. Primero he de repasar mis inseguridades para salir con la seguridad de que sigo teniendo aquellas y no me han asaltado otras, así es que nada malo puede pasar...

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