A la misma hora

Imagino
que las saco de su cajita
para acariciarlas.
Personitas mías.
Me aseguran
y prometen
que no estoy solo.

Más distancias
de las que los aparatos
resuelven a precios moderados.

¿Qué nos decimos?
Comenzar con un “¿cómo has estado?”
¿Cómo va todo por allá? - continúo.
Duele saber que estas preguntas
difícilmente tendrán una verdadera respuesta.

Hay que procurar la calma
por la misma distancia que nos conserva.

Y luego el resumen de concreteces
que se repiten con cada año de ausencia.
Para no pasar a las inseguridades
que estrenamos día a día.

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